Presencias extrañas [libre]

Silencio.
Paz.
Todo este lugar respiraba un sentimiento de tranquilidad capaz de tranquilizar al alma más inquieta.Solía acudir a este pequeño santuario alejado de la ciudad en los momentos en los que mis recuerdos eran demasiado dolorosos como para seguir adelante.
Allí podía vivir como lo que era,una sombra del pasado,atrapada entre dos mundos que no le pertenecerán nunca.
Durante un rato permanecí sentada sobre el viejo banco polvoriento de la primera fila,dejando que la luz de luna que había aquella noche limpia sin estrellas bañara mi blanquecina piel,tan trasparente como el mismo cristal.
Todo en mi era blancura,pureza...
Poco a poco abrí los ojos,solo para observar las bellas cristaleras de colores que iluminaban el sombrío interior de la catredal.Me quedaba en trance observando los juegos de luces en el suelo,en el lugar donde se ofrecía la Misa.
Nunca venía nadie por allí,al menos a esas horas de la noche.Y aunque viniera alguien,no podría verme a no ser que yo lo decidiera.

Dougie entró en el lugar con una capucha puesta. Su reputación de chico malo no le permitía ir de religioso por la vida. Comprovó que no había nadie y andó por el pasillo lentamente. Ese lugar le daba respeto... Sólo se oían sus pisadas. El pasillo se le hizo eterno. Miró por el rabillo de ojo aquellas estátuas que miraras desde el angulo que las miraras te seguían aguantando la mirada. Tragó saliva y se sentó en uno de los primeros bancos para cerrar los ojos y suspirar.

Mi vista seguía puesta en aquellas hermosas luces,que me entretenían en mis ratos de soledad noche tras noche.No cambié la dirección de mi mirada ni tan siquiera cuando los inconfundibles pasos de un ser humano,alguien del mundo de los vivios,se dirigieron hacia el lugar donde reposaba.
Su envida a los seres que tenían un cuerpo terrenal era tan grande...
Deseaba poder moverme por la tierra de los vivos otra vez como hice en vida,pero con mi propio cuerpo,no de la forma en que lo hacía últimamente.Poseer cuerpos que no me pertenecían,hacer caminar de nuevo a las personas cuyas almas habían pasado al otro lado,era algo que no me gustaba para nada.Intentaba no hacerlo a menudo,a no ser que tuviera una gran necesidad de hacerlo.
Fue al cabo de unos minutos cuando entró en mi la curiosidad por el joven,sentado a mi lado,ajeno a que un espíritu lo acompañaba en la soledad del edificio.
Di unos pasos hacia delante.hasta situarme en frente de él.Me acuclillé,examinando su rostro a escasos milímetros de distancia.Una de mis manos pasó por su mejilla,traspasándola como si todo yo fuera una ráfaga de aire.

Dougie siguió con los ojos cerrados con rostro inexpresivo. Al sentir una ráfaga que terminó en forma de escalofrío por toda su columna se puso nervoso. Tensó los músculos y abrió esos ojazos azules, clavándolos en un horizonte oscuro.. con la mirada totalmente perdida. Parpadeó y miró la puerta a ver si la había dejado abierta o algo para que entrara el frío.

Vió que estaba cerrada y se encojió de hombros, lentamente se sacó la capucha pare rebelar un pelo corto y rebelde, engominado y teñido de rubio. Era hermoso su rostro en general.

Suspiró y siguió recordando a su padre.. y las fotos de una madre a la que no tuvo la suerte de conocer

¿Se asustaría,saldría corriendo si decidiera mostrarme ante él?Sabía la respuesta de esa pregunta:por supuesto,huiría de aquí tan rápido como sus pies le permitieran.
Mi mirada siguió cada uno de sus pequeños movimientos,fijándose más en el chico en cuanto su rostro quedó completamente despejado para poderlo ver con detenimiento.Tan rubio como ella,un muchacho muy hermoso...y lleno de vida,de eso estaba segura.Si había algo que todos los espíritus sabíamos adivinar con total certeza,era cuánto tiempo le podía quedar a un ser vivo.Era una de las muchas habilidades que adquiríamos tras nuestro fallecimiento,que íbamos dominando a medida que el tiempo avanzaba...
Tiempo.Vaya palabra...¿qué significaba para nosotros?Si para todos los muertos ni los años,ni los meses,los días,las semanas o las horas,ni tan siquiera los minutos,pasaban.Estábamos congelados en el mismo día en que dejamos nuestros cuerpos.
Deseó saber más sobre el interesante humano que estaba allí sentado,así que intentó poner a prueba uno de sus poderes.Extendió las manos,poniendo las palmas a ambos lados de sus calientes mejillas,notando el correr de su sangre.Cerré los ojos con lentitud,intentando leer cada pensamiento que pasara por su mente.
Lo vi todo,a su padre,a las fotos de su madre...todo...
-Familia...divino tesoro,¿no?-mi voz era como un susurro en el viento,un sonido extraño a sus oídos...¿la habría oído él?

Dougie abrió un poco más los ojos, levantando la vista de golpe. Miró hacia ambos lados tratando de escrutar en la oscuridad quién había susurrado esas palabras. Pensó que estaría loco.. ya qué más daba. se limitó a responder, pensando que se le habría subido el porro que se fumó hacía pocas horas

- la familia es un divino tesoro que nos es arrebatado el día que menos lo esperamos..

Esa fué su única respuesta. Un breve susurro en forma de voz varonil, voz de chico que aparenta ser poco más que un adolescente hormonado pero que se ha visto obligado a madurar a la fuerza.
Recordó los hechos.. Su madre murió durante el parto.. y su padre le culpó de su muerte durante tanto tiempo que ahora el joven ya lo tenía asimilado. Su padre se volvió alcoholico.. y drogadicto. Por lo que se desahogaba pegando a su joven hijo. Le quitaron la custodia y lo mandaron a un orfanato..

Mi alma vivía sumergida en la pena,en un dolor eterno que me castigaba sin cesar como latigazos,recordándome cómo había fallado tantas y tantas veces intentando proteger todo lo que más quería.
Pero el dolor fue casi insoportable en cuanto surgío una empatía con los tortuosos recuerdos que estaba rememorando.Había personas que nacían en este mundo solo para sufrir,de eso estaba completamente segura...bueno,que nacían y también morían para sufrir.En ocasiones el fallecimiento del cuerpo no era el final que nos traía la paz que tanto necesitábamos,ni mucho menos,como era en mi caso.¿Sería castigo divino,alguien ahí arriba que quería vernos así?A veces pensaba que si...
-Tu vida acaba de comenzar,es mejor no desperdiciarla pensando en el pasado.Piensa en el presente,en tu futuro...el tiempo es muy corto.-estas palabras volvieron a salir en un susurro,esta vez con un sonido roto como el cristal resquebrajado,capaz de cortar cualquier cosa.
Sin quererlo me sumergí en los claros ojos azules del joven,mezclando con la suya mi mirada,helada como mil pequeños trozos de hielo.

Dougie oyó como la voz le respondía.. pensó que a lo mejor sería el monje del lugar.. aunque aquellos susurros más bien parecían femeninos. A lo mejor alguna monja que quería darle lecciones morales. Sintió otro escalofría y miró fijamente una imagen de una virgen que lo seguía con la mirada. Frunció el ceño.. estaba loco.. ¿la virgen le hablaba? No podía ser.. Arrugó un poco su respingona nariz y sususrró en un murmullo

- si esto es una broma, no tiene gracia señora.. sea quién sea que se descubra.. este lugar es sangrado..

Se quejó en un susurro tembloroso. Notó como las luces tintineaban y tragó saliva, nervioso.

Lo sabía,era una reacción normal ante un suceso que él no podía explicar,el pensar que todo esto era una broma pesada,alguna artimañana para asustarle.Todos los humanos a los que intentaba ayudar,o a los que seguía de cerca,creían que era de todo menos lo que en realidad era.¿Cuándo se darían cuenta de que su mundo no es el único que existe,que en realidad están aprisionados entre varios planos astrales a los que irían pasando de uno en uno tras su fallecimiento?
Deslizándome como un soplo de brisa entre en polvo que flotaba en el ambiente,estuve a su lado de nuevo,con las piernas subidas sobre el banco,arrodillada.
-¿De verdad quieres verme?Piénsalo dos veces,mi querido muchacho.Me disgustaría mucho asustarte.-estaba siendo completamente sincera.Yo quería aparecer ante él tal y como era,un ser a medias,una sombra de la guapísima joven que había sido en vida.Pero solo podía ser un suave murmullo llevado por el viento hasta sus oídos,porque era lo único que no le asustaría tanto como para marcharse.
Hacía una eternidad que no tenía un contacto real con un ser humano,y la verdad,lo necesitaba desesperadamente.Ya era de por sí un ser triste,afligido...la soledad no haría más que agrabar la situación en la que me encontraba.

Dougie, el joven que jugaba a interpretar el rol de chico malo en su intituto.. el mismo que se las ligaba a todas, una tras otra.. el mismo que fardaba de no temer a nada y de jamás estar neguitoso.. se vió obligado a tragar saliva y repetir la frase en su mente para ver si sonaba segura. Asintió para si mismo y dijo dudoso

- sí.. quiero verte..

Escrutó de nuevo en la oscuridad, esperando a que saliera una mujer con una sonrisa para decirle que todo eso era una broma. Quien sabe.. a lo mejor era una mendiga.. o una princesa.. Todo era posible en ese mundo sumido por el caos.

Sabía a la perfección que estaba bastante asustado,temeroso de ver qué aparecería ante sus ojos.Intenté decirme a mi misma que no tendría la culpa de lo que sucediera de ahora en adelante,en cuanto me materializara frente a sus ojos.
-Entonces,que así sea.-las palabras salieron de mis labios suavemente,como una helada caricia que rozó toda su piel,poniéndole la carna de gallina.Toda yo era puro hielo,una sombra helada venida de las profundidades de un abismo congelado.
Volí a deslizarme hasta que pudimos vernos frente a frente.Mis manos se colocaron en mi pecho inmóvil por la falta de respiración,justo donde debería de estar el corazón...el corazón que se estaba pudriendo junto con el resto de mi carne en lo profundo de la tierra de un cementerio.Acudieron a mi mente las imágenes de mi propio entierro,aquella vez en la que me di cuenta de que nadie podría verme u oírme nunca más.Todas las personas que quería pensaban que había desaparecido para siempre.Y así debería de haber sido,si no fuera tan increíblemente terca para resistirme a desvanecerme como un recuerdo en sus mentes.
Todo fue poco a poco;centrando mi energía en el punto del pecho sobre el que descanban mis pálidas manos,mi imágen fue volviéndose más nítida a cada segundo que pasaba.Algo etéreo,una aparición venida del más allá,se presentó ante el joven.
Así era yo,ahora esta era yo,una mujer de largos cabellos rubios,ojos como abismos de hielo que reflejaban el interior de un agujero negro,piel casi tan trasparente como el papel de cebolla.No me moví ni un centímetro,esperando su reacción,ver cómo huía de mi en cuanto se diera cuenta de que aquello no era una simple broma de un gracioso.

Dougie siguió mirando hacia los lados y de repente vió algo que empezaba a materializarse delante de él.. se fijó bien.. eran dos manos.. un torso.. Abrió mucho los ojos. Al final se quedó frente a una hermosa joven un poco mayor que él de cabello rubio y piel semitransparente. Se quedó sin respiración unos segundos.

Había visto a un tío que sacaba agujas de su piel.. un demonio volador.. vampiros.. animadoras zorras.. pero jamás un fantasma. Mejor dicho, jamás una bella chica fantasma. Buscó un proyector o algo pero no había nada

No se movió del asiento y se acordó de tomar aire para decir entrecortadamente

- ¿eres ...real?

Era increíble que no hubiera huído ya,eso me dejó gratamente sorprendida.Era algo fuera de lo común,realmente raro...las personas que conseguían verme,o bien esacapaban presas del pánico,o creían que se les había ido la cabeza o algo por el estilo.
¿Que si era real...?Su pregunta me hizo cierta gracia,la pensé con detenimiento antes de responderla,tan quieta como la presencia muerta que era.
-Si.O al menos,eso creo yo.Quién sabe.-intenté que el sonido de mi voz fuera lo más amable posible,para hacerle ver que,aunque fuera un alma perdida en este mundo,no pretendía hacerle ningún daño.
La realidad era un dilema para mi.En ocasiones,incluso pensaba que no existía,que solo me había encerrado en mis recuerdos el día en el que morí,que nada de lo que estaba viviendo era cierto.Pero mi teoría no podía ser cierta,pues las personas que me rodeaban envejecían,morían,el tiempo pasba para ellos...para todos ellos,excepto para mi.
Sin tan siquiera darme cuenta,como atraída hacia los sonidos que emitían el fuerte corazón del pecho del chico,avancé hacia delante tan silenciosa como si ni tan siquiera me moviera.Mis pasos no emtiían ningún ruido,tan solo era algo sin carne,sin cuerpo,con lo cual me era imposible tocar nada del mundo terrenal.

Dougie parpadeó mirándola en silencio y cuando se percató de que ella se iva acercando se quedó más quieto que una estátua de hielo.
Miró esos ojos oscuros, como pozos sin fondo y por primera vez en su breve vida se preguntó cuánta vida le quedaría y qué habría después de la muerte.

- va..ya..

Susurró en un hilo de voz quebradizo. Era realmente hermosa

Rápidamente me percaté de su rigidez,de su expresión cincelada en hielo.Paré en seco a una escasa distancia,lanzándole una mirada cargada de una profunda tristeza,mezclada con la más increíble dulzura.
Debía de estar muerto de miedo,al conocer de un modo tan repentino que su mundo no se resumía solo al mundo de los vivos y listos,sino a otros mundos totalmente desconocidos para él.Le comprendía perfectamente,intenté darle un poco de tiempo para que asimilara la situación.Me negaba a hacer huír a uno de los pocos seres vivos que permanecían frente a mi sin gritar,sin echar a correr hasta estar muy lejos...Admiré su valentía.

- eres... hermosa

Se limitó a balbucear con voz de autómata mirándola fijamente. Tragó saliva y se relamió los labios ya que se le habían secado no se sabe cómo.
Alargó una mano para rozarle la mejilla pero se detuvo acordándose de que debía pedir permiso antes.

Todo un halago para un alma en pena que parecía más un monstruo que un ser humano.Hacía tiempo que había olvidado sonreír,por lo que me limité a imitar un gesto similar de agradecimiento,con las comisuras de los labios ligeramente curvados hacia arriba.
-¿No te doy miedo?-tuve que preguntarlo al observar,con una infinita gratitud,cómo su mano se acercaba para rozarme la fina piel de la mejilla.Necesitaba ser tocada,sentirme algo más...viva.
Podría parecer una tremenda estupidez por mi parte,pues nunca más volvería a conocer lo que era el simple hecho de respirar,el de notar el tacto de cualquier cosa con mis manos insensibles.Pero un poquito de mi dolor,aunque fuera una mínima parte,se iría de mi ser con solo ese roze.
En mi mirada le dije que no debía temer el tocarme.Él podía hacerlo,pero yo a él no podía tocarle sin reunir toda mi energía,lo que me haría desvancerme,sin poderme hacer visible por mucho tiempo.

Dougie asintió y trató de comprenderlo. Él podía tocarla a ella pero ella a él no... Estaba algo flipado y susurró negando lentamente

- soy incapaz de temer a una chica.. esté viva, muerto.. o lo que sea .. lo siento..

Siguió tocándole con suavidad la mejilla. Parecía como si tocaras una nube.. hacía frío y estaba húmedo.. daba algo de escalofríos, pero no todos los días conoces a un fantasma.. no podía desperdiciar esa única oportunidad.

Como había predicho,la enorme calidez de las llemas de sus dedos me hicieron elevarme lentamente hasta la superficie de las oscuras aguas en las que estaba sumergida desde hacía muchísimos años.
En un movimiento automático intenté tocar la mano que estaba sobre mi mejilla pero,como había sucedido anteriormente con su rostro,la traspasé como si no hubier nada en ese lugar.
Dolía no poder sentir con tu propia piel a nadie sin agotarse tanto hasta caer rendida.
-No lo sientas,esto me ayuda mucho.-dije con una voz tan dulce y a la vez melancólica,que era similar a las notas de un violín en una delicada melodía.Si,se podría decir que tras mi muerte mi voz era similiar a la de este instrumento.

Dougie se percató de que ella no podía tocarlo y dibujó una finea línea curbada por los extremos hacia arriba en una media sonrisa. Iva a intentar algo. Descendió una de sus manos hasta su brazo y le acarició la palma de la mano con la suya.. a lo mejor así sentía su mano en la de ella..

- ¿sientes algo.. ?

¿Que si sentía algo?Nunca había sentido nada desde aquel fatídico día en el que lo perdió absolutamente todo...y de repente por su "piel" subió un extraño cosquilleo,desde la palma de la mano que estaba en contacto con la del chico,hasta el hombro,atravesando todo el brazo.
Quizá no pudiera tocarlo para sentir por ella misma,pero él si podía hacerme notar de nuevo lo que era la tibia,suave piel de un cuerpo humano.
-Siento...algo muy extraño.-solo pude decir,cerrando suavemente mis níveos párpados.Si hubiera podido respirar a pleno pulmón en ese momento,lo hubiera hecho,pero ya no tenía pulmones ni nada por el estilo.

Dougie ensanchó un poco aquella sonrisita infantil. Acarició con sus cálidas yemas las frías de ella, era.. raro. Se atrevió a hacer la pregunta que cruza las mentes de todos los seres humanos

- ¿duele morirse? ¿conoces a gente muerta..? ¿puedes ver a mi madre..?

Dijo rapidamente, excitado por poder tener a lo mejor notícias de ella

Las típicas preguntas que todo ser humano con algo de cabeza se hacía al menos una vez en su vida.Si le pagaran por cada médium al que se le había aparecido,solo por el simple hecho de oír la voz de alguien que le hable,ahora mismo sería millonaria.
Levanté las palmas de mis manos hacia arriba,en señal para que se calmase,bajándolas de nuevo lentamente hasta tenerlas flácidas en mis costados.
-Te responderé a todo si eres un poco paciente,querido.-repliqué con una enorme tranquilidad en mi voz,mirándole con ternura.Era tan joven,le faltaba tanto por vivir en este mundo...
Avancé hasta atravesar el cuerpo del joven,hasta llegar al banco;cuando estuve sobre la pulida superficie de madre,le pedí con una mirada que se sentara a mi lado.-Ven,te contaré lo que sepa,que no es mucho...te lo advierto.

Dougie la miro abriendo mucho los ojos y cerró los ojos de golpe al sentir esa ráfaga fría y húmeda al ser completamente cruzado por ella. La miró entreabriendo los ojos lentamente. No había dolido. Arrastró los pies hasta ella y se sentó a su lado con interés.

- dime dime..

¿Cómo podría comenzar?¿Cómo explicarle medianamente bién todo lo que deseaba saber?Explicar cómo era la muerte no era una tarea muy fácil,que digamos.
Estuve examinando el interior de sus ojos,como si pudiera llegar hasta su alma para ver qué aspecto tenía,mientras buscaba las palabras.
-Empezemos con tu primera pregunta,si no te importa.-comencé a decir de forma serena,pausada y tranquiliazadora.En un gesto muy humano jugué con un mechón rubio de mi propio pelo,del tacto de un algodón de azúcar,enredándolo en mi dedo índice.-¿Morir duele?Solo durante un breve instante,durante lo que exhalas tus últimas respiraciones y das tus últimos latidos.Es un dolor...diferente,no sé como describirlo.Pero luego encuentras la paz...-dejé que mi voz se fuera apagando hasta caer en el silencio.Pensé,enredando todavía más el mechón en torno a mi cabello.-Solo la encuentras en algunos casos:si algo,por mínimo que sea,te ata a este mundo...hará que te conviertas en lo que yo soy,un alma en pena que no tiene lugar ni en un sitio,ni en otro.
No quería asustarle,pero así era,lo había comprobado muchas veces en otras mueras en las que,por curiosidad y por pena,había visto surgir el alma del mortal quedándose por un ser querido,por un problema...